Diseño de logotipos en Madrid

Diseño de logos originales y personalizados

Sé tú y nada más que tú.

La pregunta inicial siempre es ¿yo soy yo?

Si eres tú y sabes lo que quieren tus potenciales clientes ya estás en el camino correcto.

El siguiente paso es conectar tu negocio, empresa o servicios profesionales con tus clientes potenciales. Tu target te encontará si eres tú y solo tú, en una marca única.

Muchas son las maneras de conseguirlo, pero la fundamental siempre es hacerte con una identidad de marca propia, original y que marque diferencias claras con tus directos competidores: un logotipo es esencial.

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Este campo es un campo de validación y debe quedar sin cambios.

Lo que necesitas es un logotipo.

Que diga todo de tu marca en una sola mirada…

O que se reconozca en una web con un solo clic.

En un solo clic o en una sola mirada tu cliente potencial debe saber de modo emocional e intuitivo que tú tienes lo que busca: el producto o servicio que necesita.

Y que tu servicio o producto solo lo tienes tú, que la mejor solución para su búsqueda o necesidad de compra solo la tienes tú, tu empresa o negocio.

Un logotipo profesional debe poner en contacto de forma inmediata lo que tú ofreces con lo que tu potencial cliente está buscando en este preciso instante.

La batalla comercial se libra en cuestión de milisegundos. Un buen logotipo da respuestas y resuelve dudas en un suspiro.

Si no tienes logo, contacta con ideaseo.

Si tienes un logo que no funciona, te decimos por qué y diseñamos uno en exclusiva para ti.

¿Por qué es tan importante un logotipo?

Hay miles de razones y argumentos. Encuentra los tuyos.

Marca tu propio territorio

Tú eres tú. Y nada más que tú. Sé diferente. Aporta valor añadido a tu empresa o negocio con estilo y elegancia.

Valores positivos

Huye de lo negativo. Habla en positivo. Transmite valores éticos y morales. Lo bueno no se vende solo. Tienes que dejarlo claro: soy así y quiero lo mejor para mi público objetivo. La reputación comercial hay que ganársela, no cae sola del cielo.

Directamente al corazón

Un logo bien pensado y realizado conecta rápidamente con la mente de tus potenciales clientes. Lo dice todo de manera simple y eficaz. Cuando un logo habla por si solo, sobran las palabras.

Te recuerdo a primera vista

Cuando un logo funciona correctamente, el recuerdo es inmediato. Los negocios y empresas de éxito se asocian a su logo de modo inmediato e intuitivo. No hay dudas al respecto. Tú eres tú. El camino a tu web, tienda online o establecimiento físico es claro: no hay otro camino para llegar a ti.

El tiempo pasa y tú sigues siendo tú

En ocasiones, algunas empresas son flor de un día porque diseñan un logo maravilloso y estupendo que se hace viejo en un santiamén. Un logo como debe ser ha de mantener su juventud, lozanía y atractivo durante años. Si se agrieta o pasa de moda, mal logo es.

Te miran porque tienes algo especial

Un logo debe llamar la atención. Si no causa sorpresa y curiosidad en el mercado, algo no funciona viene bien en su estructura visual, estética y/o psicológica. Atraer miradas es la primera función de un buen logo.

La primera impresión vale oro

Ya te han mirado. Has conseguido diferenciarte del resto de competidores. Ello es importante, pero no es todo. Todos los potenciales clientes hacen de manera automática un juicio de valor de lo que ven. Y la primera impresión vale más que mucho. Un logo atractivo que deje impresiones negativas o dudosas es un logo deficiente.

Entra por los ojos

El mundo que habitamos es visual al cien por cien. Por tanto, tu logotipo ha de ser visual, que la imagen sea fácilmente comprendida de un solo vistazo. Una imagen abstracta demasiado compleja es rechazada casi de inmediato. Lo que no se ve a simple vista requiere esfuerzos mentales excesivos que son evitados por el cerebro humano. Así lo demuestran numerosas investigaciones neurológicas.

Fidelidad de marca y lealtad sincera

Si tu logo transmite valores positivos y universales, creará un nexo emocional, invisible y perdurable con tus clientes. Ellos confiarán en ti porque sí. Das lo que necesitan. Ofreces calidad. Regalas una experiencia única. Te quieren sin preguntarse por qué te quieren.

Te buscarán como primera opción

Cuando un logo tiene personalidad y carácter, los potenciales clientes lo buscan de modo instintivo. Es una opción que no precisa de recordatorios previos. Tu logotipo permanecerá en la memoria de manera natural. Te buscarán porque formas parte de su ser.

Eres flexible, te adaptas, vas a la última

Lo clásico siempre está de moda. Conseguir ser clásico requiere esfuerzo y versatilidad. El diseño de un buen logo debe ir más allá de la coyuntura y de las circunstancias del momento presente. Si el mundo cambia, tu logo ha de tener la capacidad de adaptarse a los nuevos contextos comerciales. Mira logos antiguos de empresas punteras y verás como, sin perder su personalidad propia, siguen siendo un referente a escala internacional, nacional o local. Todo dependerá del ámbito en que te muevas u operes cada día.

Respuestas simples y contundentes

El cerebro humano trabaja a velocidad de vértigo. Ante un logotipo se hace preguntas inconscientes que solicitan respuestas rápidas y convincentes: ¿quién hay detrás del logo?, ¿qué ofrece o vende?, ¿por qué elegir sus productos o servicios? Las respuestas deben ser emocionales, breves e inmediatas. Van implícitas en un buen logotipo.

Tienes estilo pero no siempre te vistes igual

Marcar estilo es muy importante para que la gente vea que tú eres tú y solo tú, te vistas como te vistas. A un buen logo le sucede algo parecido: tiene que funcionar igual de bien si se muestra en color o blanco y negro. Se ponga lo que se ponga, debe ser totalmente reconocible. Su esencia personal nunca debe cambiar. Lo  mismo puede decirse de su tamaño: se muestre gigante en una valla publicitaria o a escala reducida en una web o catálogo, su perfil ha de ser reconocible al instante. Sin ningún género de dudas.

Seducir, persuadir, enamorar

Las razones emocionales son complejas. No obstante, es imprescindible que un buen logotipo enamore a tu audiencia. Que guste. Que seduzca sin palabras. Que su poder de persuasión no sea afectado ni rebuscado. En este sentido, un diseño de logotipos eficiente es puro arte. Solo enamora lo que no pretende enamorar.

La sencillez como bandera

Lo sencillo hay que trabajarlo mucho. Hay que pensarlo a conciencia. Es como la elegancia y el estilo: no se ven pero están ahí. Y sabemos reconocerlo al momento. Un simple punto o una simple línea pueden ser sencillas o sofisticadas dependiendo del contexto o el mensaje comercial que desees transmitir. Caer en lo cutre es muy fácil. Elevarte a lo sencillo es más difícil.

Creer o no creer

¿Por qué creemos en lo que creemos? That is the question. No hay respuestas definitivas para pregunta tan compleja. Sin embargo, hay logos que otorgan credibilidad a un negocio o empresa y otros que consiguen todo lo contrario. Por esta razón, es imprescindible pensar muy mucho un buen diseño de logotipo. En cada detalle te juegas la credibilidad de tu empresa o negocio: para bien o para mal. Ponte en manos de profesionales acreditados.

Inversión a largo plazo

Un buen logo es un activo intangible de largo recorrido. Si tienes un buen logotipo con el paso del tiempo puede cobrar un valor más que apreciable. Si se ha ido consolidando en el mercado, su revalorización será automática. Valdrá su peso en oro. De esta manera, puede ser un activo precioso a la hora de acometer futuras ampliaciones. Un buen logo es un crédito seguro.

Decisiones de compra inmediatas

Ante dos productos o servicios de características similares, los potenciales clientes siempre se decantan por una marca o logotipos reconocibles. Así funciona la psicología humana. Un buen logo otorga un prestigio extra automáticamente. No es necesario reflexionar demasiado ante un logo o marca que está en la memoria de un futuro cliente. Las respuestas viene solas ante el recuerdo o imagen mental de un logotipo que se identifica al instante.

Un buen logo demuestra que eres único

No recurras a bancos de imágenes. De esta forma nunca serás original. Si eres único, demuéstralo con un logo personalizado. Hoy en día, diferenciarse de la competencia es muy duro y complicado. Estar a la moda y ser moderno no es sinónimo de ser como todos/as. Si quieres ser tú, no hagas lo que todos hacen. Tu esencia es única: no te pierdas en la masa indiferenciada.

El formato sí importa

Otro aspecto relevante del diseño de logotipos es que sea reproducible en diversos formatos: papel, ordenador, tablet y smartphones. No todos los logos dan bien en distintos soportes. Hay que realizar estudios previos para ver como se integran en diferentes formatos. Piensa, además, que el futuro estará dominado por las pequeñas pantallas y los teléfonos inteligentes.

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¿Qué clase de logo viene bien a mi negocio?

Las combinaciones son todas las que puedas imaginar. Y muchas más.

Sin embargo, vamos a reducirlas a cuatro para entendernos con facilidad.

Logotipo

Texto o palabras sueltas. Ideal para nombres sencillos.

Isotipo

Símbolo o figura sin palabras o texto. Puede ser abstracto o no. Indicado para marcas de larga trayectoria.

Imagotipo

Imagen con texto o palabras que van independientes, sin formar un todo. Combinan un nombre con un símbolo. Se refuerzan entre sí. Van bien cuando es necesario asociar un mensaje diferenciador con una marca concreta en nichos muy competitivos.

Isologo

Es la fusión entre texto e imagen. No pueden separarse. Solución adecuada para identidades muy definidas.

¿Qué es el branding?

La gestión de tu marca mediante diferentes acciones de marketing para crear conexiones en la audiencia, inconscientes y plenamente conscientes, con el objetivo último de influir en las decisiones de compra de tu público objetivo o potenciales clientes. También sirven para fidelizar a tus clientes reales.

El branding trabaja con emociones, sentimientos y experiencias psicológicas profundas.

Primero es la marca, tu saber hacer propio, y luego viene el diseño de logotipo, aunque a veces son tiempos que se solapan entre sí.

Apunte histórico

Convencionalmente se menciona la empresa de cervezas Stella Artois como la primera en diseñar un logotipo propio allá por el siglo XIV.

Durante el siglo XV renacentista los logos buscaban la filigrana y cierta sofisticación artística.

En el siglo XIX se preferían los símbolos con mucho adorno y florituras con tipos de letra ilegibles.

Desde la década de los 30 del pasado siglo XX la tendencia que se impuso quería formas redondeadas y el blanco y negro elegante, limpio y señorial.

A finales del siglo XX se consolidó el simbolismo abstracto, la originalidad radical y la profusa mezcla de colores.

Hoy vivimos inmersos en la era digital. Lo que se lleva es lo simple y los colores planos. El objetivo es causar impacto inmediato en la audiencia.

Con ideaseo, tú siempre serás tú. Eres lo que eres porque eres diferente.

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